La otra orilla
Mi abuela era feliz y
hablaba con Dios.
Decía que él habitaba en su
patio.
Pero desde aquella tarde
no le dirigió la palabra,
nunca entendió eso de
arrebatarle al hijo.
Enmudeció
mucho antes de cruzar a la
otra orilla.
Gustavo Tisocco
Del libro TERRESTRE
Etiquetas: Libro Terrestre
9 Comentarios:
Emotivo hasta las lagrimas tu poema, no debe haber tristeza e incomprension mas grande en este mundo que la perdida de un hijo.-
Un abrazo
Patricia Corrales
Poema como un mazo, el mazo entre la vida y la muerte.
Saludos
Querido amigo Gus,
Muy buena tu poesía, como todas.
Te invito a leer los comentarios sobre tu último video-poesía en mi Blog : EL GALLO EN ALPARGATAS
http://el-gallo-en-alpargatas.blogspot.co.il
un fraterno abrazo santafesino desde remotas tierras de Israel.
Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al mar Mediterráneo
Historia muy verosímil y triste contada con ternura.
Seguramente que donde está ahora mantienen largas charlas...
El dolor. Esa abuela , la mejor, la tuya.
Qué manera sabia de recordarla!1
Abrazos
Dejar de hablar con Dios: desoír la muerte del hijo, su terrible dolor. Abrazo, Inés legarreta
Hermosas tus poesías. Esta conmovedora
CÓMO ENTENDER ESA MUERTE? EMOTIVO Y BELLO
La realidad golpea como un puño de Dios
Patricia Corrales
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