Abuelas blancas...
Abuelas blancas
Y fueron las blancas cabezas
con pañuelos blancos,
las que recuerdan aquellas blancas almas...
Caminan por la plaza blanca,
con muchas palomas blancas,
con una mirada blanca
y esa tristeza tan pura...
Y ellos con su pasado rojo,
sueltos, caminando, pisando desiertos rojos,
con sangre roja aún en sus manos,
y un destino rojo, desgraciado...
Abuelas blancas,
asesinos rojos.
Gustavo Tisocco
Del libro "Sutil"
publicadas por Gustavo Tisocco a la/s
11:46 a.m.
11 Comentarios:
Son las abuelas que nunca dejaran de llorar a sus nietos e hijos desaparecidos. :(
Duele...
Un beso, Gust!
Había perdido tu rastro. Gracias por tus "Abuelas Blancas" ya que esta smadres de mayo se parecen a las miles que en Colombia ruegan por el regreso de sus hijos de un cautiverio llamado secuestro
Un saludos desde Medellín
gran homenaje por esasm ujeres argentinas que hasta ahora lloran por sus desaparecidos
GRACIAS POR ESTE POEMA. lÁSTIMA GRANDE QUE LOS ASESINOS ANDEN SUELTOS CON SUS MANOS ROJAS.TU POEMA ES UN GRANITO MÁS PARA LA MEMORÍA.
SILVIA LOUSTAU
PS. DESDE HACE AÑOS COLABORO CON ABUELAS Y ESCRIBO ENM SU BOLETÍN
SOY ABUELA Y POR MIS NIETOS LA MISMA VIDA,,,
MUY LINDAS LETRAS,,,
GRACIAS,,,
UN ABRAZO,,,
El color, el ... pero la FUERZA de ESTAS MUJERES VIVIRÁ POR SIEMPRE, aunque no hayan encontrado a sus amores, ellos sabrán siempre que ellas estuvieron y están.
recoge el alma tus palabras, por todo lo que ellas expresan.....
Soy nueva en este mundo y recorriendo he llegado, y me gustaría si quisieras me visitaras, te estare esperando, mi dirección es
http://mujerpantera.blogspot.com/
Un beso, no dejes de venir
Fuerte y real, con un sentimiento que cala. Me recuerda también a las llamadas "Damas de Blanco" en Cuba.
Un abrazo
la dura realidad convertida en bello poema...gracias a ti...
beso
abuelas y madres son el fiel ejemplo de que esa frase que dice que el tiempo todo lo calma es mentira..
gracias por esto que escribiste es re lindo
Desde los colores opuestos el poema se alza con la fuerza del dolor que se reverencia en tu poema. Bravo, Gus.
MARITA RAGOZZA
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