martes, 4 de septiembre de 2007

Para cuando despiertes...


Para cuando despiertes dejaré sobre la mesa las velas encendidas.

Nos atrapó entre sus redes un tiempo de olvidos.
Increpándonos el desarraigo nos vendió fantasmas de risas.
La noche, tenaz bruma, nos brindó sus aposentos.
Bebimos todos los mareos, fumamos todo el veneno
y desperdiciamos nuestros cuerpos
en veredas lúgubres y sedientas.

Perspicaz la memoria quedó bajo candados.
Creímos en los rostros nuevos y tersos,
mas el tiempo arrancó caretas.

Hoy, resignados esqueletos del ayer, vivimos un ahora imperceptible.

Repican de repente campanas de nubes.
Invitándonos al desvelo se inquietan las mañanas.
Perfilando la vida hay ventanas abiertas.
Esbozo la plegaria certera,
retorno al niño olvidado y destruyo antiguas cerraduras.
Arranco de la almohada tenaz, mi cabeza de ojos ciegos,
desperezo eternos miedos
y sin preámbulos abro la puerta.

Para cuando despiertes dejo luz sobre tu bruma.

Te estaré aguardando afuera...


Gustavo Tisocco
De "Paisaje de adentro"
Del CD "Intersecciones"

4 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Muy bello poema. "Te estaré aguardando afuera..." para intentarlo otra vez. Hermoso.

6 de septiembre de 2007, 2:48 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Hay veces en que creemos que un amor se termina y resulta que volvemos a él y somos imanes infinitos. Bello poema Gus.
Viviana F. Pelle

7 de septiembre de 2007, 1:16 a.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

La red, el candado, los ojos ciegos. . . imagenes de las trampas que nos tendemos nosotros mismos para seguir inventando el amor.
Sabio y hermoso.
MARITA RAGOZZA

10 de septiembre de 2007, 7:35 p.m.  
Blogger Gustavo Tisocco dijo...

Gracias, un abrazo Gus.

20 de marzo de 2008, 1:35 p.m.  

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