domingo, 30 de mayo de 2010

La Huída


.....................A quien decidió partir antes de tiempo

Todavía se huelen las tostadas del desayuno,
se escucha la vieja radio
y en el techo brilla aún la telaraña.

El crisantemo se viste de fucsias,
el sillón se zarandea –como premonición-
y en la aldea hablan de ti.

Un sol despiadado seca las uvas,
la virgen de la gruta se torna triste
y en el piano enmudece la espera.

Partiste dejando el tendal de ropas,
tus anteojos en la mesa,
tu misteriosa culpa.

Ahora ramas quebradas denuncian la huída.



Gustavo Tisocco
Del libro "Desde todos los costados"

viernes, 21 de mayo de 2010

La hoguera...


La hoguera

........................Quien no quiera ver
........................que cierre los ojos.



El castigo no tardó en llegar: fueron los dos incinerados en la hoguera de aquella plaza pública, espalda contra espalda, manos contra manos, amor con amor...

Inquisidores pestilentes sonreían obscenamente, la tarea había sido cumplida –o al menos así lo creían-, “ ilusos”, solo con el fuego abrieron los candados de sus almas que juntas desplegaron vuelo.

Una cama mojada del sudor que exhalan sólo los cuerpos apasionados.
Una noche con dos estrellas y todo un cielo.
Un amor prohibido
¿Por quién?
¿Acaso se puede prohibir el beso que da el mar a su costa?
Dos cuerpos, dos seres, cuatro manos y el hechizo.
Y aves despiadadas que con rasante vuelo descubrieron lo que llamaban pecado.
Y la peste, lo terrenal, lo herbolario.
Y seres asesinos, sadismos disfrazados en la careta de la moralidad, que da risa...

Oliverio y José fueron descubiertos en el acto sublime del amor y ese momento bastó para toda su eternidad.

Fue un 25 de octubre de 1800.

Nací un 25 de octubre de 1969, Oliverio desde entonces habita en mí...
Busco desde siempre a José, sé que el también lo hace,
y en las plazas aún espera, como entonces, la hoguera.


Gustavo Tisocco
Del libro "Paisaje de adentro"

domingo, 9 de mayo de 2010

La gloria...


Y caminarán descalzos
buscando la salvación,
escupir la fruta
que envenenó sus días.

Cada gota roja
manchando la arena
será la derrota.

Quedarse,
disfrutar del pecado,
hubiera sido
........... la gloria.


Gustavo Tisocco
Del libro "Desde todos los costados"

martes, 4 de mayo de 2010

Que mi calle...


Que mi calle
tenga tu nombre,
que claven en ella tus banderas,
los números de tu suerte,
la fronda de tus pinos.

Que todos los peatones
me hablen de ti,
que los perros aúllen tu presencia,
que duerman cobijados
los niños tristes
y que renazcan como enormes labradores.

Que denuncien en mí
tu posesión,
las cartas marcadas,
los designios de tu mano,
la gloria de ser casa entre tus barrotes.

Quiero que mi calle lleve tu nombre.


Gustavo Tisocco
Del libro "Desde todos los costados"
Foto: Gustavo Tisocco